Los partidos que se han denominado rodriguistas comienzan a proliferar, lo que podría ser contraproducente para los seguidores del mandatario.
Jarmon Noguera González | redaccion@cronica.cr
Primero fue el Partido Pueblo Soberano y ahora el Partido Aquí Costa Rica Manda, los que se han audenomidado rodriguistas o chavistas, lo que revela un interesante fenómeno en torno a la figura del actual Mandatario de la República.
A estos hay que sumarle el Partido Progreso Social Democrático, que si bien parece desmoronarse, es con el que Rodrigo Chaves llegó al poder por lo que entra también en este “chop suey”.
El analista político Sergio Araya señala que “yo personalmente manejo la idea de que el presidente lo que lidera es un movimiento, más que un partido. Los movimientos políticos tienden a ser más flexibles, menos rígidos en el sentido de que no se tienen que circunscribir a los límites de una estructura formal y un ordenamiento jurídico. Y como movimiento puede tener distintas expresiones políticas”.
Y esto pasa por que si bien hay un referente o un líder, lo cierto del caso es que para llegar a un puesto de elección popular el sistema electoral costarricense dicta que debe ser con un partido político no hay otra forma de hacerlo.
“El movimiento puede difuminarse, por decirlo así, inclusive no solo en eso partidos que se llaman Chavistas, sino a través de otras fuerzas políticas con las que puedan ejercer algún tipo de alianza o de coalición”, agregó Araya.
Justamente podría ocurrir lo que le pasó a los partidos evangélicos que competían por el mismo mercado electoral y terminaban boicoteándose.
Es decir que puede terminar generando efectos adversos para las agrupaciones ya que se terminaría aplicando el “divide y vencerás”, pero por ellos mismos.
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